Buenos Aires
 

del Diario Crítica de la Argentina, marzo 2010

Enfermos renales a punto de perder la cobertura

Por una deuda, mil pacientes en peligro

Centros de diálisis denuncian que el Estado les debe más de ocho millones de pesos y advierten que si no paga, esta semana podrían empezar a suspender los tratamientos en Buenos Aires por falta de insumos.

"Si no me dializo, me muero, así de simple, así de terrible”, dice Ángel, un jubilado de 56 años que tres veces por semana se somete al tratamiento que le permite desintoxicar su organismo, una función que su insuficiencia renal crónica le impide cumplir por sus propios medios.

Ángel es uno de los mil pacientes renales que podría perder su cobertura asistencial si las autoridades del Programa Federal de Salud (PROFE) no regularizan una deuda que supera los 8 millones de pesos con los centros que integran la Asociación Regional de Diálisis (ARD). “De no revertirse la situación, en los próximos días habrá una suspensión en las prestaciones de los servicios”, advirtió Alfredo Casaliba, médico nefrólogo y presidente de la ARD, que nuclea a los centros de diálisis y trasplantes renales de Capital Federal y provincia de Buenos Aires.

Según explicó el profesional a Crítica de la Argentina, “esta situación impide a los establecimientos afrontar los gastos que implica la compra de los insumos fundamentales para el tratamiento de la insuficiencia renal crónica terminal, hecho que irremediablemente determinará el corte de los servicios de diálisis en toda la provincia, afectando a más de un millar de pacientes en tratamiento”.

Casaliba relató que “quienes padecen esta patología tienen inhibida la capacidad de funcionamiento de sus riñones en un 90 por ciento, por lo que el nivel de intoxicación que pueden sufrir –conocido como uremia– es tan alto que provoca un cuadro clínico de suma gravedad, y si un tratamiento se interrumpe el paciente se descompensa y corre riesgo mortal”.

Por eso los nefrólogos afirman que la situación es “desesperante” ya que “la única alternativa a la diálisis es el trasplante, algo que todos sabemos que es muy difícil de programar pues depende de la existencia de un donante”.

“Ya llevamos tres meses sin cobrar y estamos entrando al cuarto, sin flujo de fondos y con la inflación existente no tenemos cómo afrontar la compra de insumos como filtros, agujas, heparina (medicamento anticoagulante), y nos resulta imposible realizar las prestaciones porque los proveedores no entregan los insumos”, apunta Casaliba.

Las prestaciones que se adeudan corresponden a los meses de noviembre, diciembre de 2009 y enero de 2010, y son por un monto total de $ 8.040.883,58. “La reiterada falta de pago del Ministerio de Salud pone a los centros al límite de su capacidad de trabajo, imposibilita el normal desarrollo de los tratamientos médicos y arriesga la salud y la supervivencia de los pacientes que dependen de ellos; es grave la situación financiera del sector y la falta de respuestas contribuye a profundizarla”, finalizó el especialista.

Voceros de la cartera sanitaria nacional –de la que depende el programa federal de salud que debe girar los fondos– admitieron las demoras, las atribuyeron a “cuestiones administrativas” y aseguraron que “en los próximos días comenzará a regularizarse la situación”.

 

 

 

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