Buenos Aires
 

 

TSUNAMI EN JAPON y DIÁLISIS

La bondad de personas extrañas ayuda a salvar vidas de pacientes en diálisis

(Mainichi Japan) May 10, 2011

Tagajo, Miyagi – A por lo menos 170 pacientes en diálisis en esta ciudad devastada por el tsunami y gracias a la bondad de personas extrañas no sólo ha significado ropa nueva y comida caliente, es decir la propia supervivencia, en forma de cuatro autobuses para llevarlos a los hospitales para el tratamiento.

La clínica de urología, donde alrededor de 170 pacientes en diálisis suelen hacer visitas regulares para su tratamiento, fue golpeado por un tsunami de más de un metro de altura el 11 de marzo, la destrucción de 59 máquinas de diálisis, así como los dos autobuses de la clínica. Los pacientes en diálisis tendrían un riesgo de muerte en tan sólo una semana si quedan sin tratamiento. Tratamiento que la clínica ya no podía dar, ni siquiera el transporte de sus pacientes.

El gerente general de la clínica Kenji Shoji entró en acción, al ponerse en contacto con restaurantes, clubes de fútbol y el club local de deportes Asist pidiendo prestado autobuses. Sus esfuerzos dieron sus frutos, con el préstamo de cuatro autobuses para transportar a los pacientes a tres centros de tratamiento en la vecina Sendai.

"Muchos de nuestros pacientes son de edad avanzada. Hubiera sido una carga terrible para pedirles que tomen el tren de larga distancia, por lo que los autobuses son de gran ayuda", dijo el subdirector clínica Mabumi Matsushita, de 37 años.

El gerente de 34 años de edad, de Asist, que ha prestado dos autobuses a la clínica, dijo el Mainichi, "El gimnasio estaba inundado por el tsunami, así, que no podrá estar abierto hasta antes de junio. Incluso el personal más joven es tá ocupado voluntariamente, tratando de devolver al club a su normal funcionamiento, así que estoy feliz de poder hacer algo bueno de esta manera. "

En uno de los autobuses en dirección a Sendai el 9 de mayo, Toshiaki Onodera de 40 años de edad, paciente, dijo, "no pude conseguir la diálisis durante cinco días después del desastre. Mi estado era cada vez peor, y yo estaba muy preocupado”.

"Para los pacientes de diálisis nosotros, la interrupción del tratamiento es la muerte", continuó. "Estoy muy agradecido por la amabilidad de todos".

 

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